En México, las oficinas han dejado de ser solo espacios físicos para convertirse en herramientas clave de atracción de talento y productividad. La elección del corporativo ideal ya no se basa únicamente en la ubicación o el precio, sino en cómo impulsa la cultura, la colaboración y la innovación de una empresa.
Hoy, la demanda por espacios de trabajo flexibles, sostenibles y bien conectados marca una transformación decisiva. Corporativos ubicados en zonas con infraestructura de movilidad, como Ciudad de México o Guadalajara, representan más que un punto de encuentro: son entornos que activan la creatividad, promueven el bienestar y facilitan el networking con otros sectores.
La oficina ideal como reflejo del propósito empresarial
Además, la certificación ESG de los inmuebles se ha vuelto una prioridad para las empresas que apuestan por la responsabilidad social y ambiental como parte de su narrativa empresarial. No es casual que los desarrolladores inmobiliarios más exitosos estén diseñando oficinas con espacios verdes, servicios integrales y tecnología integrada, que facilitan desde reuniones híbridas hasta el ahorro energético.
Por otro lado, las nuevas generaciones de profesionales valoran espacios que reflejen propósito y apertura. Una oficina que comunica los valores de la empresa se convierte en una extensión viva de la marca, capaz de conectar con el equipo y con los clientes desde el primer momento.
La decisión sobre dónde ubicar a un equipo va mucho más allá del plano financiero. Elegir una oficina que fortalezca el ecosistema empresarial es también elegir el tipo de compañía que se quiere construir.
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