Una empresa coreana ha decidido hacer lo que los gobiernos no han podido: pagar a sus empleados por tener hijos. En medio de la aguda caída de natalidad que enfrenta Corea del Sur la más baja del mundo según datos de octubre de 2025, Eugene Technology ha implementado un innovador bono empresarial que entrega hasta 75 mil dólares por cada hijo nacido.
Esta medida no solo rompe con los paradigmas tradicionales de los beneficios laborales, también reconfigura la relación entre empresa y sociedad. Se trata de un giro audaz: la compañía no invierte únicamente en capital humano, sino en su permanencia. En un país donde el promedio de hijos por mujer es de apenas 0.72, este tipo de acciones adquiere una relevancia estratégica.
El rol del bono empresarial en el futuro del trabajo
El bono, distribuido en pagos mensuales durante siete años, beneficia por igual a madres y padres. Esto evita sesgos de género y proyecta una cultura corporativa más equitativa. Además, se convierte en un incentivo que refuerza el sentido de pertenencia y compromiso entre colaboradores.
Este tipo de propuestas abren una conversación urgente sobre el papel del sector privado frente a desafíos demográficos. También invitan a repensar la innovación no solo como una cuestión tecnológica, sino como una herramienta para rediseñar vínculos humanos y laborales. La retención de talento, la atracción de perfiles jóvenes y el bienestar integral entran así en una nueva dimensión.
En paralelo, el gobierno surcoreano anunció nuevos subsidios para familias con hijos menores, reforzando una tendencia que parece irreversible: la corresponsabilidad entre Estado y empresas para enfrentar la crisis poblacional.
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