En China, un reconocimiento laboral acaba de redefinir el concepto de incentivo empresarial. La empresa Rixin Food sorprendió a sus empleados regalándoles lingotes de oro valuados en 45 mil dólares como parte de su programa de fin de año. Este gesto no solo captó titulares, también evidencia cómo algunas compañías están apostando por nuevas formas de motivar, fidelizar y transformar la relación con su equipo.
El oro como símbolo de compromiso y visión a largo plazo
Con sede en Guangzhou, Rixin Food se dedica a la producción de arroz y fideos, pero su propuesta de valor va más allá de lo agrícola. Al entregar piezas de oro personalizadas a sus empleados de mayor antigüedad, la empresa no solo premia la permanencia: celebra la lealtad como uno de sus principales activos culturales. Estos lingotes con forma de billetes dorados simbolizan un pacto de confianza construido a lo largo de más de una década entre líderes y trabajadores.
La entrega no fue simbólica ni masiva. Se trató de un reconocimiento específico para quienes han acompañado el crecimiento de la compañía durante al menos diez años, y cada pieza fue entregada por el propio director ejecutivo, Zhou Mingjie, quien reconoció que los logros de la empresa son fruto del esfuerzo colectivo.
En una época en la que la retención de talento es uno de los grandes desafíos globales, el enfoque de Rixin ofrece un modelo poco convencional pero profundamente efectivo.
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