Un pago puede parecer exitoso, pero esconder una amenaza. En Perú, como en toda América Latina, los fraudes financieros no solo impactan los balances: también ponen en riesgo la confianza de los clientes y la sostenibilidad de las empresas. Reconocer las señales de alerta ya no es una opción, sino parte fundamental de cualquier cultura empresarial que aspire a la innovación.
La Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) ha identificado un patrón preocupante: los pagos no reconocidos y las estafas con tarjetas representan gran parte de las denuncias de fraude. Esto obliga a las empresas, grandes y pequeñas, a adoptar una actitud más proactiva.
Entre las señales más frecuentes destacan transacciones fuera del rango habitual, compras en horarios inusuales y uso de datos incompletos o inconsistentes. La tecnología, aunque indispensable, también puede ser un punto de vulnerabilidad si no se gestiona con inteligencia.
Cómo detectar pagos fraudulentos sin perder el foco en el negocio
Implementar controles no significa frenar la operación. Herramientas de análisis en tiempo real, algoritmos que aprenden del comportamiento de los usuarios y sistemas que validan automáticamente la identidad del comprador son ahora parte del ecosistema de pago. La clave está en equilibrar seguridad con experiencia del cliente, sin comprometer el dinamismo comercial.
Además, formar a los equipos en prácticas preventivas es tan necesario como usar tecnología avanzada. Un colaborador que entiende los riesgos puede actuar antes de que una alerta se convierta en crisis. El emprendimiento también se defiende desde la vigilancia activa.
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