Un dólar por debajo de los 17 pesos no solo afecta a las grandes exportadoras mexicanas, también reconfigura decisiones empresariales y hábitos de consumo. Aunque para muchos puede parecer una buena noticia, el debilitamiento del dólar frente al peso mexicano está generando efectos en cadena en sectores clave de la economía. Desde agosto de 2025, esta tendencia ha encendido alertas y abierto nuevas rutas para la adaptación y la innovación.
La apreciación del peso frente al dólar ha significado una pérdida de competitividad para empresas exportadoras, especialmente del sector manufacturero. Con ingresos en dólares y costos en pesos, muchos modelos de negocio han tenido que replantearse para sostener márgenes de rentabilidad. Al mismo tiempo, los productos importados se vuelven más accesibles, empujando una transformación en el consumo y en la lógica de abastecimiento de muchas pymes mexicanas.
Del mismo modo, el turismo también enfrenta un cambio de juego. Un dólar barato desincentiva la llegada de visitantes extranjeros y motiva a los mexicanos a viajar fuera del país, afectando a hoteles, operadores y economías locales que dependen del turismo.
Dólar barato: un nuevo mapa empresarial
La caída del dólar puede ser un terreno fértil para nuevos emprendimientos enfocados en productos nacionales que sustituyan importaciones. De igual manera, las industrias que dependen de insumos extranjeros como la tecnología o la moda pueden capitalizar precios más bajos para robustecer sus cadenas de valor.
También es momento para reimaginar la educación financiera. Con una moneda fuerte, el ahorro en dólares pierde atractivo, mientras que la inversión en activos mexicanos gana peso. Esto redefine el juego para inversionistas jóvenes y para quienes lideran pequeñas empresas en crecimiento.
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