Un nuevo hito tecnológico en China podría transformar por completo la industria solar. La empresa LONGi Green Energy, con sede en Xi’an, logró lo que ninguna otra compañía había conseguido: una eficiencia del 33.9% en células solares de silicio en laboratorio, validada por el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón.
Este avance no solo rompe récords anteriores, sino que abre paso a un ecosistema de innovación energética con aplicaciones industriales inmediatas.
El nuevo estándar en eficiencia solar
El silicio, material base de más del 90% de los paneles solares a nivel global, tiene un límite teórico de eficiencia del 29.4% cuando se utiliza solo. Sin embargo, LONGi empleó una arquitectura en tándem, combinando silicio con perovskita para superar ese umbral. Este enfoque aprovecha distintas longitudes de onda de la luz solar, maximizando la conversión energética.
El impacto trasciende lo técnico: implica mayor rentabilidad para proyectos solares, menor necesidad de superficie instalada y un paso decidido hacia la descarbonización industrial. Además, impulsa la competencia global en innovación energética, con países como Alemania y Australia presionando por recuperar liderazgo.
Tecnología que impulsa nuevos modelos de negocio
Esta innovación también plantea oportunidades estratégicas para empresas emergentes en sectores como almacenamiento energético, construcción sostenible y movilidad eléctrica. Invertir en este tipo de desarrollos no solo es una apuesta por el futuro, sino una herramienta competitiva para quienes lideran procesos de transformación en sus industrias.









