Las oficinas ya no son solo lugares donde se cumple un horario. En España, y cada vez más en América Latina, las empresas están transformando sus espacios laborales en entornos de propósito, bienestar y conexión cultural. Esta nueva visión no responde a una tendencia decorativa, sino a una necesidad estratégica: impulsar el compromiso de los equipos y reforzar la identidad organizacional en un mundo laboral en constante cambio.
Del diseño al propósito: oficinas que inspiran
Estudios recientes revelan que el 85% de los colaboradores valora trabajar en un espacio que refleje la cultura de su empresa. Por eso, firmas como Puig, Glovo o Schibsted han rediseñado sus sedes para convertirse en símbolos vivientes de sus valores. En lugar de espacios rígidos, ahora predominan zonas abiertas, áreas verdes, salas colaborativas y rincones de descanso pensados para fomentar la creatividad, la empatía y el sentido de pertenencia.
Además, el diseño biofílico que integra naturaleza al entorno de trabajo ha demostrado reducir el estrés y aumentar la productividad. Esta transformación también considera la tecnología y la flexibilidad: las oficinas se adaptan al trabajo híbrido y permiten a los equipos elegir cómo y dónde colaborar.
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Cultura empresarial que se vive, no solo se comunica
La arquitectura se convierte así en aliada de la estrategia corporativa. Cada decisión en el diseño refleja un mensaje: desde la elección del mobiliario hasta la distribución de los espacios. El bienestar ya no es un beneficio adicional, sino parte central de la propuesta de valor.
Del mismo modo, esta visión impulsa el intraemprendimiento y la innovación. Cuando las personas sienten que su entorno los respalda, arriesgan más, proponen soluciones y se involucran con mayor profundidad.
