El sector automotriz de Corea del Sur se encuentra en plena transformación. Las principales concesionarias están rediseñando su estrategia para convertir al negocio de autos usados en un pilar de ingresos, luego de que el mercado de vehículos nuevos mostrara signos de maduración y presión competitiva. Este viraje responde a la necesidad de diversificar flujos de capital y asegurar márgenes más estables en un entorno de consumo en constante ajuste.
En agosto de 2025, conglomerados como Hyundai Motor Group y otras redes de distribución nacionales anunciaron expansiones significativas en sus divisiones de seminuevos. Estas operaciones no solo amplían la oferta para consumidores que buscan alternativas más asequibles, sino que también permiten a los concesionarios crear ecosistemas integrales de servicios, desde financiamiento hasta garantías extendidas. En consecuencia, el mercado secundario se perfila como el nuevo generador de liquidez para la industria.
Mercado de autos usados como nueva fuente de rentabilidad
La decisión de las concesionarias surcoreanas de posicionarse de forma agresiva en este segmento no es fortuita. El aumento en la demanda de vehículos eléctricos, sumado a la desaceleración en ventas de modelos a combustión, ha creado una ventana para capitalizar el dinamismo del mercado de segunda mano. Del mismo modo, el alza en tasas de interés ha limitado la capacidad de compra de automóviles nuevos, impulsando a los consumidores a optar por autos usados certificados.
Por otro lado, los analistas señalan que el potencial del sector radica en la formalización del comercio. Tradicionalmente dominado por pequeños lotes, el mercado de usados en Corea del Sur empieza a consolidarse bajo el control de grandes marcas que ofrecen confianza, transparencia y financiamiento competitivo. Esta integración vertical asegura mayor control de precios y márgenes más amplios, elementos clave para sostener el crecimiento.
La Asociación de Concesionarios de Seúl reportó en septiembre de 2025 que el volumen de autos usados transaccionados creció un 18 % interanual, cifra que refleja la magnitud del fenómeno. Esta expansión, respaldada por inversiones en plataformas digitales y centros de distribución, confirma que el sector se ha convertido en un eje estratégico de la rentabilidad futura.
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