El turismo gastronómico se ha consolidado en los últimos años como una oportunidad atractiva para explorar las culturas y tradiciones de los territorios.
En 2024, el mercado global del turismo gastronómico fue de 1 090 480 millones de dólares y se espera que para 2033 alcance los 4 210 190 millones de dólares. Una tasa de crecimiento anual del 14,46 % entre 2025 y 2033 muestra su relevancia en la industria turística global.
Y es que la gastronomía tiene un papel cada vez más importante en la experiencia turística, pues los viajeros suelen organizar sus vacaciones incluyendo actividades gastronómicas: degustar productos locales, cenar en restaurantes de renombre o participar en clases de cocina.
Se reconoce que el turismo gastronómico es un factor estratégico para la sostenibilidad, al promover el patrimonio alimentario, contribuir al desarrollo local y a la transformación positiva de los territorios.
Además de favorecer el descubrimiento de la gastronomía local, el turismo gastronómico incide directamente en la competitividad de los destinos, gracias a la influencia que ejerce en la creación de valor, la diferenciación y la posibilidad de desarrollo económico.
Por tanto, la imagen positiva de la gastronomía de un destino puede mejorar su reputación y atraer a un mayor número de turistas en busca de experiencias auténticas.









