La transformación climática ya no es una amenaza lejana. En México, donde fenómenos como las sequías y las tormentas intensas han afectado a sectores estratégicos, desde la agricultura hasta la logística, muchas empresas aún no lo consideran un factor central de su planeación. Este desinterés no solo expone a los negocios a mayores riesgos financieros, también representa una oportunidad perdida para innovar en su modelo de gestión.
Un nuevo informe de la Federación Global de Seguros Cooperativos y Mutuales (ICMIF), publicado en ocrubre de 2025, advierte que el 75% de las organizaciones a nivel mundial subestiman los riesgos de eventos climáticos extremos. México no es la excepción. La mayoría de las empresas carece de estrategias de protección, y muchas ni siquiera han evaluado cómo el clima puede impactar sus operaciones.
El cambio climático como reto empresarial
La palabra clave aquí es adaptación. La resiliencia empresarial ya no depende únicamente de la tecnología o la eficiencia operativa, sino de la capacidad para anticiparse a eventos disruptivos. Empresas con visión de futuro están utilizando análisis de datos climáticos y soluciones aseguradoras como herramientas estratégicas, no solo como respaldo financiero.
La falta de cultura preventiva refleja una desconexión entre las prioridades empresariales y los desafíos globales. Es necesario dejar de ver el seguro como un gasto, y empezar a integrarlo como un pilar en la gestión del riesgo y la continuidad operativa. Innovar también significa construir modelos de negocio conscientes de su entorno.
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