Todo lo que se sabía acerca del comportamiento de los consumidores y que se usaba como estrategia dentro de las empresas de cada marca de comida fue desechado en cuestión de semanas, debido a los cambios que trajo el coronavirus, ya que esta terminó por modificar los hábitos de compra.

“Los cambios de los consumidores se dan a diario, esto nos ha obligado a trabajar muy de cerca con nuestros proveedores. Todos los días hay que tratar de entenderlos para asegurarnos que los productos que necesitan estén en la tienda”, mencionó Guilherme Loureiro, presidente y CEO de Walmart México.
Y es que estas nuevas llamadas ‘Las nuevas reglas del consumo’, el directivo explicó hubo algunos productos que se vinieron abajo ya que al inicio de la contingencia las compras de pánico que se dieron fueron dirigidas a ciertos productos y en el caso de otros como fue el del champú y desodorantes bajaron.
Asimismo después de un tiempo se vio una creciente demanda en la pintura para el hogar y en las herramientas para arreglar objetos de la casa, así le siguió las ventas de productos para cocinar y ahora en esta ‘nueva normalidad’, los compran baterías de autos.
Lo que hace un poco difícil la tarea de las compañías el poder establecer una regla con la que medir el comportamiento de las ventas, es por esto que empresas como Bimbo, tuvo que modificar su modelo de distribución para abastecer la demanda, pero fue también porque 7,000 de sus colaboradores fueron considerados población de riesgo.
“Era imposible contratar y entrenar a personal nuevo de un día para otro, por eso tuvimos que hacer una mezcla de trabajos en los diferentes niveles de distribución para completar la fuerza de ventas”, detalló Javier González Franco, director general adjunto de Grupo Bimbo.
También otra cosa que se vio dentro de las ventas fue el crecimiento de la demanda de pan de molde el cual subió hasta tres veces durante las primeras semanas de la contingencia. “Al ser pan fresco, la vida de los productos es corta, nosotros tenemos que fabricarlo diario, así que también en eso tuvimos que cambiar nuestra estrategia”. Nestlé fue otra de las empresas que se vio afectada por el cambio de hábito de la gente. Fausto Costa, presidente y CEO de Nestlé México, dijo “durante el debate que el cierre de establecimientos propios, así como de sus canales de distribución –como restaurantes y comercios–, afectaron los ingresos de la empresa. Sin embargo, le abrió la oportunidad de concentrar sus esfuerzos en abastecer la demanda de café dentro del hogar de los mexicanos, la cual ha crecido cada semana”.









