Recaudación con impuesto a millonarios y crecimiento económico en Madrid
España sumó alrededor de 2 000 millones de euros anuales con el impuesto de solidaridad a grandes patrimonios, aplicado desde 2022 a fortunas superiores a 3 millones.
El gravamen, que alcanza un 3,5 % para patrimonios mayores de 10 millones, se convirtió en una de las medidas más visibles para reforzar la recaudación sin alterar el atractivo del país para los grandes capitales.
Las predicciones de una salida de capitales no se cumplieron. Al contrario, el número de multimillonarios residentes aumentó de 26 en 2021 a 34 en 2025, acumulando más de 200 000 millones de dólares en riqueza.
Este incremento desmantela el argumento de que los impuestos patrimoniales ahuyentan la inversión o reducen la competitividad de una economía avanzada.
La legislación establece excepciones para patrimonios ligados a actividades productivas, además de exenciones parciales para la vivienda principal. También fija un límite que impide que impuestos y rentas superen el 60 % de los ingresos de cada contribuyente.
Con este diseño, el gobierno mantiene la presión redistributiva sin afectar de forma crítica la capacidad empresarial de generar empleo y dinamismo económico.
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España registró en 2024 un crecimiento del 3,2 %, la mayor tasa entre economías avanzadas. El dato refleja que el impuesto patrimonial no interfirió con la expansión, sino que coexistió con indicadores sólidos de inversión y consumo.
La percepción social de un reparto más equitativo de la carga fiscal reforzó la confianza en las instituciones, en un contexto marcado por la presión inflacionaria y la necesidad de sostener servicios públicos.
España se une a Suiza y Noruega como los pocos países que mantienen este tipo de gravamen. La medida abre un debate en otras economías que exploran opciones similares, como Francia o Reino Unido.
Hoy, el impuesto representa una fracción modesta frente a los 130 000 millones de euros recaudados por el impuesto sobre la renta, pero su peso simbólico y redistributivo lo ha convertido en un referente para diseñar modelos tributarios de largo plazo.
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