Golpe judicial contra Johnson & Johnson por caso de talco
Una corte de Los Ángeles dictaminó que Johnson & Johnson debe pagar 966 millones de dólares a la familia de Mae Moore, quien falleció en 2021 por mesotelioma tras exposición a talco que, según la demanda, estaba contaminado con asbestos. El jurado concedió 16 millones por daños compensatorios y 950 millones por daños punitivos.
La empresa anunció que apelará, calificando el fallo de inconstitucional. Este veredicto se suma a una cadena de litigios masivos que han puesto en jaque la reputación y estrategia corporativa de la compañía.
La decisión revela una tensión creciente entre la responsabilidad empresarial y las presiones del mercado legal en Estados Unidos. Johnson & Johnson dejó de vender polvo de talco para bebé en el país desde 2020, sustituyéndolo por una fórmula a base de almidón de maíz.
Aun así, enfrenta más de 67 000 demandas de consumidores que alegan cáncer causado por sus productos. La compañía intentó en varias ocasiones canalizar esas obligaciones mediante procesos de bancarrota en una subsidiaria, pero los tribunales han rechazado esas estrategias.
Este fallo representa uno de los castigos más cuantiosos por mesotelioma contra la empresa. En contraste, otra demanda similar en Carolina del Sur fue desestimada días antes. La disparidad en los fallos refleja el riesgo estructural y reputacional al que se enfrentan las corporaciones globales cuando su legado científico y comercial se somete al escrutinio judicial.
Este tipo de crisis impulsa reflexiones sobre la cultura empresarial. Las organizaciones deben anticipar cómo sus decisiones pasadas pueden tener repercusiones futuras. Una estrategia basada únicamente en mitigar costos legales puede ser limitada.
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En cambio, fomentar transparencia, auditorías independientes y resiliencia regulatoria puede convertirse en una verdadera ventaja competitiva. Cuando la ciencia, la ética y la comunicación se alinean, las empresas no solo evitan crisis, sino que transforman su historia.
Los emprendedores y directivos que hoy proyectan modelos en salud, consumo o tecnología pueden extraer lecciones valiosas: enfrentar los retos con datos sólidos, abrirse al escrutinio externo y aprender a renovarse cuando la herencia pesa más que el presente.
A escala estratégica, este fallo obliga a repensar cómo una corporación global activa su gobernanza. En un escenario donde cientos de juicios siguen pendientes y el cruce entre ciencia y justicia gana protagonismo, la innovación no reside solo en nuevos productos, sino en reinventar la manera en que se asume la responsabilidad ante el mundo.
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