La oposición se construye a favor del sindicato en el complejo de GM en Silao, México

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Del 3 al 6 de febrero, el sindicato local de la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM) en el Complejo Silao de General Motors, la fábrica más grande de la compañía en México, celebrará una votación de certificación sindical en la planta. Con la ira contra la CTM llegando a un punto de ebullición, la CTM está buscando reconocimiento legal bajo las nuevas leyes laborales del país para poder continuar su asociación corporativa con GM e imponer otro contrato pro-empresa a los 6.000 trabajadores de la fábrica.

Desde el final de la huelga de GM en los Estados Unidos, la compañía ha llevado a cabo un virtual reino del terror en el complejo de Silao, despidiendo a trabajadores militantes, quitando a los empleados el tiempo de vacaciones y aumentando la velocidad de la línea para las altamente rentables camionetas Silverado y Sierra de GM. Esto sigue al despido de GM de al menos siete trabajadores de Silao por desafiar las demandas de horas extras obligatorias y el aumento de la producción durante la huelga de 40 días en los Estados Unidos.

“Con las nuevas demandas de rendimiento, la velocidad de la línea se está incrementando de 76 a 80 unidades por hora”, dijo un trabajador veterano del taller de carrocería al World Socialist Web Site Autoworker Newsletter. “Están eliminando a los líderes de área y a los trabajadores mayores.

Y sólo los supervisores reciben bonificaciones de 40.000 a 50.000 pesos [2.116 a 2.645] por productividad, pero nosotros seguimos recibiendo la misma bonificación anual de 15.000 pesos [800] que ellos tienen desde hace 20 años”. Hay mucho descontento, estamos siendo superexplotados”, dijo el trabajador y agregó que el sindicato local de la CTM estaba en connivencia con la gerencia para imponer estas condiciones opresivas.

La votación de certificación en la planta de Silao se está llevando a cabo bajo los términos de las leyes de reforma laboral puestas en marcha el pasado mes de mayo por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su pseudo-izquierda Partido Morena. La ley, que exige “el voto libre, secreto y directo” de los trabajadores y la aprobación de al menos el treinta por ciento de los empleados para certificar un sindicato y aprobar el contenido de un nuevo convenio laboral, supuestamente creará “sindicatos independientes”, en lugar de sindicatos corruptos, que son pagados por los empleadores.

El esfuerzo de AMLO por dotar a los sindicatos de un barniz “democrático” tiene por objeto frenar la creciente rebelión contra la CTM y los “acuerdos de protección”, que el sindicato firma con los empleadores a espaldas de los trabajadores. GM y otras corporaciones han confiado durante mucho tiempo en la CTM para suprimir violentamente la resistencia a estos dulces contratos que impiden las huelgas y hacen cumplir los bajos salarios y las condiciones de explotación.

Sin embargo, hace un año, la ira contra la CTM estalló en una revuelta a gran escala con una ola de huelgas salvajes de 70.000 trabajadores de las maquiladoras de Matamoros que marcharon a la frontera de los Estados Unidos y pidieron a los trabajadores estadounidenses que se unieran a su lucha. A esto siguieron las valientes acciones de los trabajadores de GM en Silao, que se organizaron en oposición a la CTM, y que apelaron directamente a los trabajadores estadounidenses para lograr su reincorporación.

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