Durante el año 2022, se registró una entrada de $794 mil millones en remesas a nivel mundial. Estas transferencias financieras cumplen un doble propósito; promover la inclusión financiera y la construcción de la paz, al mismo tiempo que impulsan el desarrollo de infraestructura y el crecimiento económico, argumenta Luis Ricardo Reyes de la Campa.
La llegada de la digitalización promete mayor eficiencia y accesibilidad, con la expectativa de que los costos de transacción se reduzcan drásticamente. No obstante, persisten preocupaciones sobre la exclusión de migrantes indocumentados y la ampliación de la brecha digital.
En un importante desarrollo económico, los flujos de remesas hacia la región de Europa y Asia Central han mostrado un sólido crecimiento en la última década, alcanzando un récord de $79 mil millones en 2022. Esta cifra notable representa un significativo aumento del 19 % respecto al año anterior.
La fuerza impulsora detrás de este impresionante desempeño ha sido principalmente el considerable aumento en las transferencias de dinero que provienen de Rusia y fluyen hacia los países vecinos, en particular aquellos dentro de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Para naciones como Armenia, Georgia y Uzbekistán, el flujo de remesas desde Rusia se tradujo en un aumento de las reservas internacionales y mayores inversiones extranjeras. Estas inversiones incluyeron la adquisición de bonos extranjeros y préstamos bancarios transfronterizos.
Mientras que Kazajistán y Moldavia experimentaron un impacto comparativamente menor de las remesas rusas, también se beneficiaron de flujos de IED y fortalecieron sus reservas, en parte gracias a los ingresos derivados del cierre de posiciones en el extranjero y al aumento de los ingresos petroleros.
Ucrania, como el principal receptor de remesas en la región, enfrentó un inesperado retroceso en 2022. Recibió remesas por un monto de $17.1 mil millones, lo que refleja una tasa de crecimiento negativo del 5.4 por ciento..
En cuanto a los ingresos por remesas como porcentaje del PIB, Tayikistán y la República Kirguisa lideraron entre las economías regionales, con cifras del 51 % y el 31 %, respectivamente. Es importante destacar que las remesas constituyen la fuente predominante de ingresos en moneda extranjera para estos países.
Uzbekistán, el segundo receptor más grande, presenció un aumento del 80 % en las remesas en 2022, con transferencias de dinero desde Rusia que casi se triplicaron en comparación con el año anterior. En 2022, las remesas representaron aproximadamente el 21 % del PIB de Uzbekistán, marcando un aumento significativo desde el 13 % registrado en 2021.
Además, en los primeros cuatro meses de 2023, las transferencias de dinero a Uzbekistán experimentaron un aumento del 21 %, alcanzando los $3.1 mil millones, de los cuales un relevante 87 % provino de Rusia.
Como resultado, las remesas totales representaron el 6 % del PIB en Azerbaiyán, el 10 % en Armenia y un sustancial 16 % en Georgia. Esta tendencia ascendente en los flujos de remesas subraya el papel fundamental que desempeñan estos fondos en la dinámica económica de la región de Europa y Asia Central.
Sigue leyendo: Luis Ricardo Reyes de la Campa: La regla de capital podría hacer que ciertas actividades sean más costosas









