Medir la cultura empresarial como un activo estratégico

Grupo diverso de empleados colaborando en una oficina moderna que refleja una cultura empresarial medida y sostenible
Medir la cultura empresarial como un activo estratégico

La conversación sobre cultura organizacional ha pasado de lo intangible a lo medible. Cada vez más empresas reconocen que el clima laboral influye tanto en los resultados como cualquier otro indicador financiero. Una cultura empresarial saludable ya no es un lujo aspiracional, sino una variable que impacta directamente en la productividad, la innovación y la retención de talento.

La profesora y especialista en liderazgo Julie Kratz subraya que las compañías deben tratar la cultura como un indicador clave del negocio. Su análisis parte de una premisa contundente: todos merecen sentirse vistos, escuchados y con un sentido de pertenencia. Sin embargo, ese ideal aún no se cumple plenamente, especialmente entre mujeres y grupos históricamente subrepresentados.

Cultura empresarial y sostenibilidad humana

De acuerdo con Kratz, medir la cultura implica observar los comportamientos cotidianos que conforman el entorno laboral. Conceptos como “he-peating” o “bro-propriation”, donde las ideas de las mujeres son ignoradas o atribuidas a otros, continúan afectando la equidad en los espacios corporativos. Estos patrones, aunque sutiles, deterioran la moral, el desempeño y, en última instancia, los resultados financieros.

Kae Kronthaler-Williams, ejecutiva global y autora del libro Not Made For You, sostiene que la transformación cultural está siendo impulsada por dos factores: la escasez de talento y las nuevas generaciones laborales. Los empleados jóvenes buscan propósito y equilibrio; no están dispuestos a aceptar jornadas extenuantes ni culturas tóxicas. Su concepto de “sostenibilidad humana” integra bienestar, desarrollo y pertenencia como pilares del éxito corporativo.

Para lograrlo, las empresas pueden incorporar indicadores concretos: tasas de retención, auditorías de carga laboral y evaluaciones del “cómo” se alcanzan los resultados. Reconocer a quienes lideran con empatía, promueven el aprendizaje y construyen equipos inclusivos refuerza los valores que sostienen la competitividad.

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Los líderes que adopten esta visión estarán mejor preparados para el futuro. Las organizaciones que ya miden su cultura registran hasta 30% más valor de mercado y reducen significativamente su rotación laboral, según MIT Sloan Management Review. La rentabilidad y el bienestar dejan de ser opuestos: hoy avanzan juntos.

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