Desde finales de 2020, Microsoft permitía a la mayoría de empleados trabajar de forma remota hasta el 50 % del tiempo sin aprobación, aunque en la práctica muchos lo hacían con mayor flexibilidad.
Microsoft está considerando imponer una política más estricta de retorno a la oficina (RTO), que exigirá trabajar presencialmente al menos tres días por semana en su sede de Redmond a partir de enero de 2026. La compañía podría formalizar este cambio ya en septiembre de 2025.
Este ajuste alinearía a Microsoft con otras empresas tecnológicas como Meta y Google, que ya han adoptado requisitos similares. Incluso Amazon instauró un mandato más rígido, exigiendo cinco días de asistencia semanal.
Impulso hacia “intensidad” y desempeño
La revisada política forma parte de un esfuerzo más amplio por aumentar la presión sobre el desempeño. Este año, Microsoft despidió a miles de trabajadores considerados de bajo rendimiento y estableció un nuevo plan de mejora para acelerar salidas. La CFO Amy Hood instó a prepararse para un año de “intensidad”, y el CEO Satya Nadella promovió “dedicación, impulso y arduo trabajo” en comunicaciones internas.
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¿Por qué este cambio representa una paradoja?
Microsoft lidera el mercado global con herramientas que fomentan el trabajo remoto, como Teams, que supera los 320 millones de usuarios activos mensuales, y la suite Microsoft 365, esenciales para el trabajo híbrido. Sin embargo, imponer mayores exigencias presenciales podría contradecir su mensaje de promover la colaboración distribuida.
Tendencias en la gran empresa
Un informe de Jones Lang LaSalle revela que el 54 % de las empresas del Fortune 100 ahora exigen asistencia total a la oficina, un aumento dramático frente al 5 % de hace dos años. El promedio de días presenciales pasó de 2.6 a 3.8 por semana. Microsoft no está aislado, sino que sigue esta tendencia general del mercado.
Más presencialidad puede traducirse en aumento de rotación e insatisfacción, pues estudios han estimado que el trabajo remoto puede estar valorado entre 8 % y 25 % del salario por los trabajadores. Si bien RTO puede reducir costos de nómina y mejorar colaboración, también existe riesgo de perder talento clave.
