La señora Sarita Ortiz, una hábil comerciante que se ha destacado por su habilidad para pintar aserrín, un producto muy demandado en esta temporada debido a la construcción de los tradicionales altares de muertos, ha sabido adaptarse a las técnicas de pintura y a la actual situación económica, estableciendo un próspero negocio.
La técnica utilizada por Sarita implica el uso de viniles y acetatos para lograr colores vibrantes en el aserrín, un componente esencial en la elaboración de los altares.
Además del aserrín, también comercializa sal de grano pintada, otro elemento popularmente utilizado en la decoración de los altares.
Con un precio de hasta $16 pesos por bolsa, estos productos se han convertido en una opción asequible y atractiva para aquellos que buscan dar un toque único a sus altares de muertos.
El emprendimiento de Sarita no solo resalta su habilidad artística, sino también su capacidad para identificar oportunidades de mercado. También para adaptarse a las necesidades de los consumidores durante esta festividad tan significativa para la cultura mexicana.
Su negocio no solo contribuye a la economía local, sino que también enriquece la experiencia de aquellos que celebran el Día de Muertos con altares memorables y personalizados.