Desde hace buen tiempo la tecnología es parte de nuestras vidas y ha hecho resurgir una peligrosa moda entre los trabajadores de Silicon Valley: el ayuno de dopamina.
Si bien el ayuno de dopamina se instaló desde hace un par de años en ese rincón de San Francisco, con el tiempo ha cobrado fuerza. La razón es simple: llevamos años conectados constantemente a dispositivos electrónicos.
Desde que se desató la pandemia e iniciaron los confinamientos, muchas personas dependemos de nuestros equipos y una buena conexión a internet para trabajar, estudiar, socializar y entretenernos, así como para comprar alimentos, despensa, ropa y claro, ¡más gadgets!
Como podrás imaginar, los emprendedores, creadores, ingenieros, programadores y demás involucrados en el mundo ‘tech’, cuyo epicentro de innovación es Silicon Valley, están quizá entre las personas que pasan más tiempo rodeadas de gadgets y conectadas a distintas redes.
Ante esta ‘sobreconexión’, muchos han optado por implementar una especie de detox tecnológico periódico al que llaman ayuno de dopamina. El objetivo es privar al cerebro de los muchos estímulos que lo hacen producir descargas de dopamina constantes, para recuperar la capacidad sentir y emocionarnos con cosas más sutiles, así como reconectar con nuestro ser.
La hipótesis detrás de los ayunos de dopamina
Los devotos de esta práctica afirman que los estímulos producidos por el celular, la tablet, la computadora, la televisión, los videojuegos y cualquier gadget de este tipo, provoca subidones de dopamina. Incluso los alimentos , la actividad sexual y hasta el movimiento corporal entran en la lista de los detonantes de este neurotransmisor.









