El inicio de cada año solía estar marcado por excesos pasados y promesas vagas de moderación. Hoy, un número creciente de personas está transformando ese propósito en práctica sostenida. La tendencia del llamado Dry January ya no es una moda pasajera: se ha convertido en un movimiento que refleja cambios profundos en la manera de relacionarse con el alcohol.
Las encuestas recientes muestran que casi uno de cada tres adultos decide reducir o suspender su consumo de alcohol durante enero. Este fenómeno no se limita a un reto temporal, sino que marca la entrada a un estilo de vida más consciente. La llamada sober curiosity está ganando fuerza entre las generaciones más jóvenes, especialmente en la Generación Z, que prioriza experiencias saludables y sociales sin necesidad de bebidas alcohólicas.
Sober curiosity y nuevas oportunidades de mercado
El cambio cultural abre un terreno fértil para la innovación empresarial. Marcas globales de cerveza, vino y licores han detectado el giro y lanzan productos sin alcohol que mantienen sabor y sofisticación. De igual manera, las compañías emergentes aprovechan el momento con cocteles listos para beber y propuestas que mezclan bienestar y estilo de vida, construyendo un nuevo mercado dentro de la industria de bebidas.
De acuerdo con datos recientes, las ventas de productos sin alcohol en supermercados y bares han aumentado más de 30 por ciento desde 2023. Esta cifra refleja un consumidor que no solo busca alternativas, sino que está dispuesto a pagar por experiencias premium, desde cervezas artesanales sin alcohol hasta mocktails elaborados con ingredientes naturales.
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Una transformación con impacto social y empresarial
El crecimiento de esta tendencia está reconfigurando hábitos en espacios sociales y corporativos. Restaurantes y bares en grandes ciudades ya ofrecen menús completos sin alcohol, generando nuevas dinámicas en la hospitalidad y oportunidades de negocio. Del mismo modo, las empresas han empezado a replantear sus eventos internos y programas de bienestar para empleados, integrando opciones que fomentan inclusión y salud.
Las estimaciones señalan que, hacia finales de 2025, el mercado global de bebidas sin alcohol alcanzará un valor superior a 30 mil millones de dólares, con un crecimiento sostenido que redefine la industria y la cultura del consumo.









