Ecovale en falta

 

Un sector que en estos meses vive una intensa actividad es el de los vales de despensa. Hablamos de licitaciones del gobierno en sus tres niveles para dispersar poco más de 20 mil millones de pesos, sólo en lo concerniente a la temporada de fin de año.

Una de las firmas más importantes del mundo es Edenred, que lleva aquí Jean-Urbain Hubau, y que en México posee cerca de 30 mil clientes a través de poco más de dos millones de usuarios. La firma acaba de recibir un revés en su operación y en su reputación institucional.

Resulta que fue denunciada en la Secretaría de la Función Pública (SFP) el 30 de octubre por, presuntamente, haber falseado declaraciones a las autoridades mexicanas, a través del Contrato Marco para la prestación del servicio de vales de despensa 2014-2015.

Éste se celebra con la propia SFP y sirve a cualquier dependencia para la adquisición de bienes. Si alguien realiza una compra de vales, acude al contrato marco y realiza una convocatoria sólo con los proveedores que celebraron éste, lo que se traduce en reducción de tiempos.

En la denuncia ante la instancia que encabeza Virgilio Andrade se documenta que Edenred y Operadora de Programas de Abasto Múltiple (OPAM), que fundó Daniel Calleja, participaron de manera conjunta en la celebración de dicho contrato marco.

La anterior situación contraviene el proceso, toda vez que en cada licitación los proveedores deben manifestar que no hay vinculación entre ellos mismos, además de que están obligados a mostrar su actualización de escrituras.

La firma, que a escala global preside Jacques Stern, nunca manifestó que en junio de 2013 adquirió a OPAM y a su producto estrella, Ecovale, lo que podría constituirse como una competencia desleal, situación que ya tiene en el radar la Comisión de Competencia, de Alejandra Palacios.

OPAM acaba de participar en la licitación LA-040100992N41-2015 para el ejercicio fiscal 2016 de vales de despensa del Inegi, que preside Eduardo Sojo, contrato que ronda entre 64 y 161 millones de pesos.

No manifestó nada de su relación con Edenred, por lo que el Órgano Interno de Control (OIC) podría descalificar a la proveedora de vales.

KRAMER VS. KRAMER

Donde están sonando alarmas es en Deloitte Consulting, que preside a escala mundial Barry Salzberg.

Hay preocupación por el manejo desaseado de su empresa hermana Deloitte, la especializada en auditorías y temas fiscales. La investigación que la CNBV, de Jaime González Aguadé, les abrió como asesor externo de OHL podría ser la punta de un gran iceberg. Y es que la firma que lleva aquí Francisco Pérez Cisneros no sólo está con la constructora española de Juan Miguel Villar Mir.

También figura en ICA de Bernardo Quintana, GEO de Luis Orvañanos y el Grupo Bolsa Mexicana de Valores que preside Jaime Ruiz Sacristán, entre muchas otras. Tan sólo en esta última su labor ha sido tan lamentable como la propia relación que trabó con su anterior director, Luis Téllez. Deloitte Consulting, que comanda Jorge Castilla, ya no quiere que se le relacione con Deloitte-Galaz, Yamazaki, Ruiz Urquiza por un tema reputacional.

ALTA A CONCURSO

Otra sofipo que ya prendió luces rojas es Alta Servicios Financieros, de Salvador Abascal y Luis López Panadero. Como Ficrea, ofreció rendimientos altos, muy por encima del promedio.

La entidad está teniendo problemas para liquidar pagarés a sus clientes, derivado de que fue arrastrada por otras tres empresas que forman parte del grupo: la cadena de tiendas de conveniencia Mambo y Alta Telecom y Automatización de Servicios Productivos. De hecho, Alta ya está en ruta de solicitar el Concurso Mercantil.

Hay dos mil 400 ahorradores que están demandando la devolución de su dinero. La sofipo arrastra un pasivo cercano a los 800 millones de pesos, Mambo otros 400 millones y el grueso está en el negocio de la telefonía, con un quebranto estimado en tres mil millones. Le adelanto que ZIMMA Corporate Finance, del exbanquero de inversión, Arseny Lepiavka, acaba de asumir el liderazgo de la reestructuración financiera de todo el grupo.

MUY INGLESES

A ver si a la Ciudad de México no le sale caro el empecinamiento de Miguel Ángel Mancera.

Y es que el jefe de Gobierno se salió con la suya y asignó a la inglesa Alexander Dennis el suministro de 90 camiones de dos pisos para la nueva Línea 7 del Metrobús, que correrá de Indios Verdes a la fuente de Pemex. Se pagarán a la compañía unos 850 millones de pesos. El problema es si se trata de los equipos necesarios.

Sucede que Volvo le había hecho una presentación al Gobierno del DF donde demostraba que la gente tarda hasta cuatro minutos en bajar de un camión de este tipo, contra un promedio de 45 segundos en hora pico de la Línea 1 en un camión normal.

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