Este próximo fin de semana se realizará uno de los eventos de ventas más importantes del año, que confirmará lo equivocados que han estado algunos en torno al consumo interno.
Desde agosto, quienes han tratado de negar la buena marcha de la economía, caracterizada por un crecimiento similar al que ha sido el promedio de las últimas tres décadas, con la inflación más baja de la historia, asegurando que el consumo se encuentra deprimido, por lo que no ha repuntado la inflación.
Se trata, sin lugar a ninguna duda, de una visión equivocada que se puede desmentir con gran facilidad con hechos concretos.
Los datos que da a conocer el Inegi sobre el consumo privado crece a una tasa real anual de 1.6%, el nivel más elevado desde 2011, y de 0.8% en agosto con respecto al mes previo.
En cuanto a los indicadores privados, las noticias son verdaderamente buenas. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz informó que durante agosto la venta de autos ligeros creció a una tasa anual de 18.8%, a pesar de la crisis que enfrenta Volkswagen. Las ventas en los primeros diez meses del año llegaron a más de 1.64 millones de unidades, lo que significa un avance de casi 20% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Walmart, que sin lugar a dudas marca la tendencia del comercio al menudeo a nivel nacional, reportó el jueves que crecieron a una tasa anual de 10.8%, el mayor crecimiento en lo que va del año, es decir, no sólo habla sobre la buena marcha de la economía sino que desmiente también la impresión que tienen algunos sobre una supuesta pérdida de dinamismo de la economía.
DICOTOMÍA
El Buen Fin demostrará la gran dicotomía que hay entre los hechos de la economía, en el que la gente tiene mayor cantidad de recursos disponibles para gastar con la mezcla entre recuperación salarial y baja inflación, así como una fuerte competencia dentro del sistema financiero, mientras la impresión equivocada de algunos, en el sentido de que la marcha de la economía no es buena.
Mientras los datos demuestran que, en los hechos, la economía se encuentra en un círculo positivo impulsado por el consumo interno, como lo destacó la semana pasada Luis Videgaray, muchos han decidido mantener un pesimismo difícil de justificar desde un punto de vista serio.
Si bien es cierto que en los sondeos que realizan el Banco de México, el Inegi e incluso algunos privados como la muy respetada encuesta de expectativas económicas de Banamex, comienzan a mostrar síntomas de recuperación en el ánimo de los analistas, la realidad es que la gente mantiene una posición personal que poco o nada tiene que ver, incluso, con sus decisiones de compra.
Hay quienes lo mismo hablan de que el país está muy mal, que no se ven recursos en la economía, pero en su vida se encuentran en un momento de expansión, destacadamente en las ventas de automóviles, viviendas y otros bienes de consumo.
Aquí es necesario destacar que no sólo hay mayor ingreso disponible sino que el sistema bancario está viviendo un momento verdaderamente interesante, puesto que la competencia ha llegado a un punto muy intenso con la subrogación de créditos y las menores tasas de interés desde que se tenga registro.
De hecho, Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México, ha destacado no sólo que las tasas de interés se han desplomado en una tercera parte en los últimos cinco años, sino que han llegado a los niveles más bajos de los que se tenga registro histórico.
PREOCUPACIONES
Gran parte de las preocupaciones y las malas impresiones sobre la economía tienen que ver con traumas políticos, como aquellos que sacan de la manga que esta administración terminará como la de Carlos Salinas, cuando no hay ningún paralelismo.
También les da por preocuparse por el nivel del tipo de cambio y la depreciación, que ha tenido superior a 20% durante el último año. En las últimas dos décadas la paridad del peso frente al dólar no representa, en modo alguno, la solidez de la economía, puesto que se ha convertido en una variable más, en un precio que, mientras no impacte en el nivel general de precios, su reflejo en la economía es limitado.