Existen muchas temáticas que tomarán gran importancia en estos meses para las Oficinas familiares, muchas de ellas que se derivarán de los efectos del Covid-19 de acuerdo al asesor financiero Rodrigo Besoy Sánchez.
Las Oficinas Familiares deberán considerar aspectos en materia de impuestos, planificación patrimonial y regulación internacional para garantizar la continuidad y buen funcionamiento, así como mantenerse a la vanguardia ante las nuevas demandas y reglas del juego.
“El cambio generacional, será algo que también estará presente en las estructuras internas de las oficinas familiares y para lograrlo de manera efectiva, deberán pensar también en incluir a asesores sobre planificación y sucesión, pues el contexto actual en el que vivimos demanda estructuras mas complejas ad hoc tanto al entorno como a las familias”, explica.
Para los nuevos cambios y regulaciones que se aproximan Besoy Sánchez la necesidad de acudir con especialistas en los temas y en especial que sean capaces de acercar a las familias los mejores recursos disponibles para generar un plan integral en lugar de esfuerzos aislados y puntuales.
“Para fines fiscales, la residencia de los miembros de las oficinas familiares podría verse modificada. Muchos empresarios e inversionistas que se hayan quedado o decidan quedarse por un tiempo prolongado en otros países que no son los de su residencia habitual, generará implicaciones al considerarlos residente fiscal en dicho país para efectos del período en el que permanezcan fuera de su país de origen” señala.
Otra materia pendiente que Besoy Sánchez identifica en la actual estructura y conformación de las Oficinas Familiares, tiene que ver con la planificación patrimonial.
“He tenido oportunidad de asesorar a diversos grupos de inversionistas o integrantes de oficinas familiares y un común denominador que encuentro, es que cuando están conformadas con operaciones o activos en distintos países, los testamentos deben considerar la regulación de todas las jurisdicciones relevantes para los implicados, de tal manera que en el caso de una herencia no existan cabos sueltos o se detonen implicaciones fiscales en los bienes o activos heredados”, precisa Besoy Sánchez.









